Nuestra declaración de fe
"Cree en el Señor Jesús; así tú y tu familia serán salvos..."
Hechos 16: 31
Que la Biblia es la inspirada, única, infalible y autorizada Palabra de Dios, revelada al hombre por inspiración del Espíritu Santo y por tanto es la única y segura norma de fe y conducta para observancia diaria de cada persona. Las Sagradas Escrituras están formadas por la Ley y el Evangelio contenidos en 39 libros del A.T. y 27 del N.T. Así mismo, creemos que donde la Biblia es clara, nosotros debemos ser enfáticos. Pero donde la Biblia guarda silencio, debemos permitir la libertad individual. (Josué 1: 8, II Pedro 1:19-21, II Timoteo 3: 16, 2 Corintios 3: 17, Romanos 14: 1 – 4)
Que hay un solo Dios viviente, Eterno y Verdadero que existe en una Trinidad: El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo. Su gloria es la única razón de nuestro ministerio. (Deut. 6: 4; Jn.17:21-23, I Corintios 10: 31)
Que la Divinidad y Humanidad de nuestro Señor Jesucristo es cierto, su nacimiento de una virgen, su vida sin pecado y sus milagros, su muerte y resurrección corporal y su ascensión al cielo (Jn.1:1-2, Jn. 20: 28, Lc.1:34; Heb.4: 15, Jn. 20: 30, I Co. 15: 3-4)
Que Jesucristo nuestro Señor y Salvador es el único mediador entre Dios y los hombres; solo por medio de él, tenemos acceso al Padre (II Tim.2:5; Hech.4:12; Jn. 14: 6; Ef. 2:18).
Que por medio de la proclamación del Evangelio el Espíritu Santo, enviado del cielo, nos guia al arrepentimiento, renueva nuestros corazones y nos lleva a confesar a Jesucristo como nuestro Señor (I Ped.1:12; Rom.2:4; Jn.16:8; Ro. 10:9).
Que la regeneración por medio del Espíritu Santo, es esencial para la salvación personal (Tit.3:5; Jn.3:1-8)
Que el hombre es salvo por gracia, es un regalo de Dios y solo por medio de la Sangre de Jesús, hay limpieza y Perdón de Pecados y que el poder Santificador del Espíritu Santo, quién mora en el cristiano, nos capacita para vivir en santidad. El hombre es solo salvo por gracia, mediante la fe en Cristo Jesús, no por las obras humanas. (Ef. 2:8,9; I Jn. 1: 7- 9; Rom.15:16; 8:9-13, Lucas 19: 10)
Que ser Hijos de Dios implica una experiencia personal con Jesucristo y un estilo de vida en obediencia y cumplimiento con todo lo que Dios nos ha mandado hacer por medio de su Palabra . (Jn.1:12; 9:35-38; I Sam.15:22; Stg.1:22; Jos.1:8).
Que la Unidad espiritual de los creyentes, conforma la Iglesia o Cuerpo de nuestro Señor Jesucristo. Esta es única y universal: Ella está llamada a servir a Dios (I Cor.12:14,27; Ef.4:3,4).
Que la dotación de dones es parte de Dios para sus hijos, y en su clasificación en tres grupos: Dones del Ministerio, dones Operativos y Dones del Espíritu Santo (Ef.4:11; Rom.12:6-8; I Co.12:4-11).
Que la Adoración a Dios en espíritu y en verdad, es nacida directamente del corazón y no supeditada a personas, lugares, formalismos, ritos, instrumentos musicales o materiales. Propugnamos un estilo de vida de adorador en cada miembro (Jn. 4:20-24).
Que el Bautismo en agua ha sido instituido por el Señor Jesucristo, para ser cumplido. Este es una figura de nuestra muerte y resurrección como resultado de la fe interior del creyente en Cristo; debe ser ministrado por inmersión de todo el cuerpo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, a personas en edad de responsabilidad o uso de razón (Mt.28:19; Col.1:12; Ro.6:3-5; Mar.1:4-8)
Que la Cena del Señor ha sido establecida por Jesucristo. Es un conmemorativo de su sacrificio redentor en la cruz; por medio de la participación en ella, el creyente establece una comunión con Cristo. La Cena del Señor se ministra mediante las especies del pan y del vino, símbolos del cuerpo y la sangre del Señor, a los cristianos ya bautizados y que estén en plena comunión con Dios y con el cuerpo de Cristo. (I Co.10:16-17; 11:17-34)
Que la familia es la institución establecida por Dios para la preservación de la Sociedad, el fundamento del vínculo matrimonial monógamo es indisoluble. La unión libre no está permitida por Dios y quien llegue a los pies de Cristo en esta condición, debe formalizar su matrimonio. (Gn.2:24, Col. 3: 18 – 19)
Que el respeto por la vida humana, la procreación responsable y a conciencia contemplada en la Palabra de Dios es la que cumplimos y por lo tanto condenamos todo daño provocado, suicidio, homicidio aborto y todo intento abortivo. (Sal.139: 13 – 16; Apoc.1:8).
Que Cristo regresará y levantará a los que durmieron en Él, para establecer su Reino, separando al impío del justo. (Jn.14:3-4; I Tes.4:13-18; Mat.25:31-46)
Que la razón de nuestra existencia es glorificar a Dios, haciendo discípulos en todas las naciones de la tierra. Creemos que la iglesia no fue hecha para ser escondida dentro de cuatro paredes, sino para llevar la luz de Cristo a cada familia, comunidad y nación. (Hechos 1: 8, Mateo 28: 16 – 20, Juan 17)